Este blog es un repositorio de algunas cosas interesantes que ocurren en el mundo del marketing. Funciona como archivo particular de algunos materiales de clase y también como un espacio para dar opiniones sin tapujos sobre mercadeo. Hecho en Colombia.
jueves, 29 de noviembre de 2018
jueves, 23 de agosto de 2018
Comunicaciones Integradas de Mercadeo
Hace varios meses no comparto por este lado material académico profundo. Y, como este blog tiene también esa función, y como además muchos de los que lo revisan son en últimas docentes o estudiantes, creo que es hora de corregir ese error.
Les comparto un curso, enterito, sobre comunicaciones integradas de mercadeo. Que lo disfruten!
Y, por favor, recuerden: Si van a copiarlo por favor acuérdese de decir de quién es. Usted queda bien, los demás piensan que usted busca información y se actualiza, muestra un poquito de decencia y no roba descaradamente. Se puede, en serio.
Les comparto un curso, enterito, sobre comunicaciones integradas de mercadeo. Que lo disfruten!
Y, por favor, recuerden: Si van a copiarlo por favor acuérdese de decir de quién es. Usted queda bien, los demás piensan que usted busca información y se actualiza, muestra un poquito de decencia y no roba descaradamente. Se puede, en serio.
domingo, 3 de junio de 2018
Una lección de comunicación de marca
Como saben los lectores frecuentes, no se nada de fútbol. Sin embargo, cada cuatro años, disfruto profundamente la selección de comerciales que poco a poco van saliendo para contar, desde distintas narrativas, como ven el juego de la pelota con manchas.
Es todo un curso en manejo de emoción. El marketing deportivo (y en el caso suramericano el marketing de fútbol) vincula una pasión ya existente y, cuando se hace bien hecho, la potencia infinitamente.
Este año, y en la previa del mundial, Perú está dando una lección de manejo comunicacional de marca que pocas veces se ha visto. Así que, para aquellos que aman el fútbol (y para aquellos que gustan de la comunicación de marketing), aquí van algunas de las cosas que han pasado.
1. ESTAREMOS DE VUELTA
Eliminatorias. Perú llega vivo a la última fecha con posibilidad de repechaje. La hinchada más famosa del país decide crear un comercial sumamente emotivo que se basa en una historia real. Uno de los integrantes de la barra perdió ha su padre pocos días antes de este partido, así que decidieron contar desde una carta dirigida a él la emoción que sentían por el regreso de Perú.
Esto es lo que hicieron:
El storytelling es muy bien logrado. Los cambios de ritmo en la narración, los tonos de la voz que cambian en algunas frases, y el texto en general conmueven profundamente. Este video logró 500.000 visualizaciones en el primer día. La cuenta sigue aunque ya se sabe de su clasificación y demás.
Perú clasificó, obviamente. Y no, no lo hizo por este video pero sólo por él habría merecido un puesto.
2. ARRIBA PERÚ, ESTAMOS DE VUELTA
Querida Dinamarca. Así empieza este mensaje de la selección. En realidad el país de destino cambia, pues también hay un "querida Francia" y un "querido Australia.
El video tiene un doble juego: con la excusa de hablar a otro país habla en realidad al país propio, y lo hace majestuosamente. Es una caso que usa la excusa del deporte para hacer además un trabajo maravilloso de marca país.
Lo bonito de este caso es que los países destinatarios respondieron. En las cuentas de Twitter de la selección francesa y la australiana aparecieron mensajes oficiales dando las gracias y la bienvenida a Perú.
Sin embargo, la respuesta más elaborada sin duda la ha dado Dinamarca quien también respondió con un video: (se encuentra deshabilitado para verse por fuera de Youtube, así que lo espero aquí después de que lo vea)
El detalle del himno es hermoso: la música es del himno danés, pero la letra ha sido adaptada para hablar del Perú.
La frase final, además, un ejemplo de deportividad que mucho suele hacernos falta.
3. GUERRERO
Y aquí va un punto adicional. Si a alguien se debe la clasificación de Perú es a su capitán, Paolo Guerrero. Sin embargo, estuvo a punto de perderse el mundial por una sanción. Aquello, por mucho, fue una suerte de catástrofe emocional para el país. Sin embargo, la forma en que las marcas y en general el Perú entero se lanzó en su apoyo creó un movimiento imparable.
El comercial realizado por el Banco de Crédito del Perú es, precisamente un ejemplo del apoyo del país entero:
Los textos escritos en su apoyo, los hashtags #contigocapitan o #somosguerreros y otros similares hablando de él y apoyándolo, por mucho un caso hermoso. Si quiere entender en su verdadera dimensión su importancia, léase este texto). La sanción contra el capitán fue puesta en pausa, y por ende podrá jugar el mundial que parece sin duda se merece.
Después de ver esto queda siempre la tarea de pensar y comparar. Sin duda en Colombia el fútbol es también una religión: ¿Están hablando las marcas relacionadas con él como deben? ¿Están haciendo la tarea de entender que no se trata de decir que son el "patrocinador oficial", sino mostrando la historia que pueden contar?
Ahí queda la duda. Yo, insisto, no sé de fútbol, pero después de ver estos videos, me siento un poco hincha del Perú.
jueves, 10 de mayo de 2018
El texto que los dueños de Taquino no merecen leer: lecciones de un restaurante en crisis
Este artículo se publica en simultánea con Imark, dónde he tenido el placer de ser escritor invitado.
Por: Daniel Naranjo (asesor y docente en temas de mercadeo. De los que cree que después de ojo sacado no hay Santa Lucía que valga pero puede aprenderse para no perder el segundo ojo, y, además, escritor sobre temas de mercadeo)
Es el escándalo de estos días. Si usted ha estado encerrado en una cueva o simplemente prefiere no escuchar noticias quizás no conozca la historia. Si ya la conoce puede saltarse el siguiente párrafo.
Un restaurante de Medellín llamado Taquino atiende clientes como todos los días. Un hombre, de origen campesino llamado Don José se acerca al mismo y canta un par de canciones tradicionales del folclor colombiano. Una de las clientes del restaurante invita un almuerzo a aquel cantante y allí comienza el fin el mundo. Una suerte de batalla peor que la de Thanos tratando de conquistar la tierra… Una mesera del restaurante dice que “se lo tiene que dar para llevar”, “que esas son las políticas”. Los clientes piden hablar con la administradora que reafirma lo dicho. Mientras alguien graba un vídeo que luego se sube en Internet. En él se ve que los clientes lloran y se van del restaurante en medio de la indignación por aquella discriminación. Miles de vistas de aquel vídeo, noticia en los periódicos, gente en la puerta del restaurante que lleva dos días sin abrir. La reputación del restaurante baja a cero. Nadie quiere ir, pero todos quieren hablar mal. La única persona que pide un poco de paz es, precisamente, Don José: No quiere que nadie se quede sin trabajo.
Las redes estallan, los comentarios se cargan al grito de guerra de los vengadores y de los guardianes de la galaxia y de todos los héroes que piden justicia. Es el momento de la indignación. O tal vez de la post indignación.
Seguramente el restaurante está aún tratando de entender qué pasó. Nadie está preparado para una crisis como la que ocurrió (aunque todos deberían estarlo).
Quienes trabajamos en mercadeo tenemos mucho que aprender de este caso:
Hay reflexiones posibles sobre el manejo de crisis. Reflexiones sobre los protocolos de servicio. Reflexiones sobre reputación corporativa. Reflexiones sobre qué significa eso de “las políticas”. Reflexiones sobre el papel de los clientes en un entorno de alta intercomunicación. Pero, sobre todo, debería haber reflexiones sobre la posición moral de los negocios. Porque así suene increíble, los negocios también deberían tener moral. Los negocios crean el mundo para bien o para mal.
Hace unos meses, con el caso Avianca, escribí una serie de pasos para manejar la crisis. (Por cierto, si quiere entender más sobre el tema o, por alguna casualidad trabaja en el restaurante, lea aquí los pasos, aunque le aviso: creo que ya es demasiado tarde. https://imarkudeablog.wordpress.com/2017/09/27/como-se-maneja-una-crisis/)
Hoy, en vez de hablar de cada paso, me limitaré a los puntos más fundamentales. Son 3:
- Velocidad,
- Honestidad,
- Compensación.
Aprendérselos es fácil: Responda rápido, diga la verdad, compense a los afectados.
¿Qué debió hacer entonces Taquino?
1. Responder con velocidad:
Cometieron un error, es obvio. ¿Por qué no hicieron frente al mismo en el momento en que ocurrió? ¿Por qué nadie del restaurante salió a hablar del tema? En el mundo ideal la respuesta debía darse por parte de la administradora, pero en este caso evidentemente ella es parte del problema. Tan solo dos días después del problema el restaurante comenzó, tímidamente, a tratar de controlar la situación. Y lo hizo mal, muy mal, pues en vez de reconocer el problema presenta unas disculpas vacías que suenan más a respuesta de político en elecciones que a reconocimiento sincero de un problema.
Velocidad, velocidad, velocidad. Dos días es demasiado tiempo de espera.
Cometieron un error, es obvio. ¿Por qué no hicieron frente al mismo en el momento en que ocurrió? ¿Por qué nadie del restaurante salió a hablar del tema? En el mundo ideal la respuesta debía darse por parte de la administradora, pero en este caso evidentemente ella es parte del problema. Tan solo dos días después del problema el restaurante comenzó, tímidamente, a tratar de controlar la situación. Y lo hizo mal, muy mal, pues en vez de reconocer el problema presenta unas disculpas vacías que suenan más a respuesta de político en elecciones que a reconocimiento sincero de un problema.
Velocidad, velocidad, velocidad. Dos días es demasiado tiempo de espera.
2. Honestidad:
El problema fue obvio. Es más, está grabado en video. ¿Qué esperas para hablar de él? ¿Qué esperas para reconocer el problema?, ¿para decir “sí, me equivoqué”?
Honestidad. Reconoce tu error, porque ES un error.
¿Cuál es la compensación que Taquino quiere realizar? Y no, no se trata sólo de dar dinero a Don José, se trata además de volverse abanderado de esa causa, se trata de aprender del error y hablar sobre él, de cambiar en realidad.
¿Ya se está hablando sobre discriminación? ¿Ya se está diseñando un programa de inclusión con los músicos de calle? ¿Ya se contrataron expertos sobre el tema que ayuden a solucionar el problema? ¿Ya se escribió una carta de disculpas públicas a todos los clientes y a la comunidad en general? ¿Ya se ha contado lo que se va a hacer?
Hace unas semanas, en Starbucks, ocurrió un caso similar de discriminación. Además de hacer todo lo anterior su respuesta fue contundente. El gerente general de la compañía salió a pedir disculpas públicas tan solo unas horas después, y luego al día siguiente, y al siguiente de nuevo. En menos de 24 horas, informó que decidió cerrar más de 8.000 tiendas un día para capacitar a todos sus empleados en el tema de la crisis. A los directos implicados también ofreció y entregó una compensación (en este caso, becas escolares para los afectados) y una vinculación con la empresa para ayudarles a garantizar que lo ocurrido no se repita. Además, aunque de forma lenta, está realizando cambios que son cada uno de ellos comunicados al público pues el problema no fue sólo con las dos personas discriminadas, sino con la comunidad en general.
Por supuesto. Taquino no es Starbucks. No tiene el músculo financiero para hacer acciones de ese mismo nivel. No puede diseñar una sala de conciertos o un programa en el que todos los días un músico nuevo vaya y toque. No puede diseñar un programa para ir, puerta a puerta en todos los restaurantes enseñando sobre el tema… Pero no es tampoco lo que debe hacer.
Debe actuar según sus posibilidades, según su alcance, según lo que es y puede hacer. Pero, en este caso, nada ha ocurrido aún, excepto, claro, que el restaurante decidió cerrar su página de Facebook para dejar de recibir tan malos comentarios.
Ese es el problema más profundo. La única forma real de manejar una crisis de este tipo es atreviéndose a dar la cara y cambiar de manera real, y eso es por mucho lo más difícil de hacer. Nadie quiere dar la cara sobre eso, nadie quiere sumirse en la vergüenza, ni ser señalado. Pero es lo que hay que hacer.
En últimas el gran aprendizaje para la vida es que, cuando te equivocas, lo que hay que hacer por más que duela, es dar la cara y reconocer nuestros errores. Y eso en nuestra cultura siempre es más difícil que cerrar y abrir un nuevo local un par de cuadras más lejos.
Post data 1. Las empresas se parecen a sus dueños.
Post data 2. Le apuesto a que los 10 días de cierre se convertirán en un cierre definitivo. Y también le apuesto a que abrirán un restaurante nuevo y, en vez de solucionar los problemas, rezarán porque no pase de nuevo. Ese es nuestro país.
El problema fue obvio. Es más, está grabado en video. ¿Qué esperas para hablar de él? ¿Qué esperas para reconocer el problema?, ¿para decir “sí, me equivoqué”?
Honestidad. Reconoce tu error, porque ES un error.
Nota: En últimas supongo posible que las personas del restaurante aún no reconozcan el error. Si ese es el caso entonces, sin lugar a duda, no serán capaces de solucionar ningún problema (y si por casualidad trabajas en el restaurante por favor deja de leer este texto y busca un profesor de ética, un cura, un psicólogo o mejor aún un exorcista).
3. Compensación:
¿Cuál es la compensación que Taquino quiere realizar? Y no, no se trata sólo de dar dinero a Don José, se trata además de volverse abanderado de esa causa, se trata de aprender del error y hablar sobre él, de cambiar en realidad.
¿Ya se está hablando sobre discriminación? ¿Ya se está diseñando un programa de inclusión con los músicos de calle? ¿Ya se contrataron expertos sobre el tema que ayuden a solucionar el problema? ¿Ya se escribió una carta de disculpas públicas a todos los clientes y a la comunidad en general? ¿Ya se ha contado lo que se va a hacer?
Hace unas semanas, en Starbucks, ocurrió un caso similar de discriminación. Además de hacer todo lo anterior su respuesta fue contundente. El gerente general de la compañía salió a pedir disculpas públicas tan solo unas horas después, y luego al día siguiente, y al siguiente de nuevo. En menos de 24 horas, informó que decidió cerrar más de 8.000 tiendas un día para capacitar a todos sus empleados en el tema de la crisis. A los directos implicados también ofreció y entregó una compensación (en este caso, becas escolares para los afectados) y una vinculación con la empresa para ayudarles a garantizar que lo ocurrido no se repita. Además, aunque de forma lenta, está realizando cambios que son cada uno de ellos comunicados al público pues el problema no fue sólo con las dos personas discriminadas, sino con la comunidad en general.
Por supuesto. Taquino no es Starbucks. No tiene el músculo financiero para hacer acciones de ese mismo nivel. No puede diseñar una sala de conciertos o un programa en el que todos los días un músico nuevo vaya y toque. No puede diseñar un programa para ir, puerta a puerta en todos los restaurantes enseñando sobre el tema… Pero no es tampoco lo que debe hacer.
Debe actuar según sus posibilidades, según su alcance, según lo que es y puede hacer. Pero, en este caso, nada ha ocurrido aún, excepto, claro, que el restaurante decidió cerrar su página de Facebook para dejar de recibir tan malos comentarios.
Ese es el problema más profundo. La única forma real de manejar una crisis de este tipo es atreviéndose a dar la cara y cambiar de manera real, y eso es por mucho lo más difícil de hacer. Nadie quiere dar la cara sobre eso, nadie quiere sumirse en la vergüenza, ni ser señalado. Pero es lo que hay que hacer.
En últimas el gran aprendizaje para la vida es que, cuando te equivocas, lo que hay que hacer por más que duela, es dar la cara y reconocer nuestros errores. Y eso en nuestra cultura siempre es más difícil que cerrar y abrir un nuevo local un par de cuadras más lejos.
Post data 1. Las empresas se parecen a sus dueños.
Post data 2. Le apuesto a que los 10 días de cierre se convertirán en un cierre definitivo. Y también le apuesto a que abrirán un restaurante nuevo y, en vez de solucionar los problemas, rezarán porque no pase de nuevo. Ese es nuestro país.
sábado, 21 de abril de 2018
Un ejemplo de Storytelling publicitario
Hay comerciales que son pequeñas obras de arte. Sutiles, emocionales, impecables.
Este es uno de ellos.
La empresa MONOPRIX es un retail francés, una suerte de éxito para quienes no conocen. En sus productos de marca propia emplea pequeñas frases que son juegos de palabras basadas en el tipo de producto. En sus 85 años lanzó este comercial.
Un ejemplo maravilloso de Storytelling (publicitario) en el que no importa si se entiende o no el idioma. La idea es tan poderosa y la historia tan bien contada que enamora. Así de simple.
Que lo disfruten.
Este es uno de ellos.
La empresa MONOPRIX es un retail francés, una suerte de éxito para quienes no conocen. En sus productos de marca propia emplea pequeñas frases que son juegos de palabras basadas en el tipo de producto. En sus 85 años lanzó este comercial.
Un ejemplo maravilloso de Storytelling (publicitario) en el que no importa si se entiende o no el idioma. La idea es tan poderosa y la historia tan bien contada que enamora. Así de simple.
Que lo disfruten.
miércoles, 7 de marzo de 2018
No hay que cambiar el marketing que divulgan los libros
Este artículo se publica también en Imark, y con Expertos en marca quienes han estado interesados en la difusión del mismo.
Por: Daniel Naranjo (asesor y docente en temas de mercadeo. A veces, escritor sobre temas de mercadeo)
Por estos días leo a varios que están diciendo lo mismo: “Hay que cambiar la forma en que hacemos marketing…”, “necesitamos un nuevo marketing…”. A todos ellos, a todos mis colegas debo decirles algo: ¡Por favor, léete un libro de marketing!
Es en serio. A todos los que dicen eso les recomiendo que vuelvan a leer un libro de mercadeo, aunque sea alguno de aquellos clásicos con los que estudiaron hace algunos años. Porque no importa cual elijas, todos aquellos libros de mercadeo bien escritos comienzan con una verdad que todos los gerentes de todas las empresas deberían tatuarse: la labor del marketing es hacer superflua la venta (o dicho en español, que la venta no sea necesaria pues la compra se dé por naturaleza). Eso lo viene diciendo Kotler desde que estaba chiquito, y lo venimos repitiendo en clase hace más de 20 años. No es novedad. Lo triste es que aún nos cuesta entenderlo. Y digo nos porque hablo de los docentes que enseñamos del tema, de los gerentes que lo tratamos de predicar y de los empleados que debemos ponerlo en práctica.
Esa frase es más que una forma bonita de decir algo. Es una declaración de principio y de propósito: Decir que la labor del mercadeo es hacer superflua la venta implica que en lo que hay que centrarse es en la generación de la compra y no en la gestión de la venta. Y eso es algo que en este país no se entiende pues nos dejamos llevar por montones de simplificaciones que resultan equivocadas.
¿A qué simplificaciones me refiero? Pues bien, comencemos con la más evidente.
En Colombia se entiende que el mercadeo es para dos cosas. Si, es verdad, a veces tratamos de convencer con otras definiciones, pero en la práctica tanto los alumnos en las clases como los empleados en las empresas se llevan un residual de comunicación distinto: El marketing es o para vender o para crear marca.
Primer error: pensar solo en vender
Quienes piensan que se hace para vender han caído en una gravísima simplificación de suponer que ventas es igual a compras. Y no es lo mismo. La venta es un proceso que parte de la empresa hacia la persona, mientras que la compra es un proceso que parte de la persona hacia la empresa.
En mis clases suelo explicarlo pensando en las relaciones de pareja: No es lo mismo decir “enamórate de mí porque soy la mejor opción” que hacer que se enamoren de ti porque “eres la mejor opción”. En la una estamos presionando la relación, en la otra estamos haciendo méritos para conseguir la relación.
Es muy distinto. Si las empresas de verdad entendieran esa diferencia no tendrían “asesores de ventas” sino “asesores de compras”. No habría “salas de ventas”, habría “sitios de compras”. Cuando alguien entrara a una tienda no habría desespero por vender producto sino urgencia por generar satisfacción. No es lo mismo, en serio.
Ahora bien, hay otros que piensan que el mercadeo se hace para crear marca. Es lógico: la marca transmite un respaldo que facilita la compra. La marca crea confianza. El problema es que quienes suelen pensar en la marca como el objetivo primario del mercadeo de nuevo caen en la simplificación: Asocian marca con venta y no marca con confianza. Esa diferencia tampoco es sutil. Tu pareja tiene confianza en ti y por eso te hace caso. No por tu nombre. No por tu título. Lo hace por la confianza que has generado a lo largo de la historia. Hacer marca no es poner publicidad. No es poner el logo más grande, no es cacaraquear más fuerte que el resto de gallinas del gallinero. Hacer marca es poner huevos cada mañana, sin falta, a la misma hora y con doble yema para que el otro se enamore de mí.
La verdad es simple, hacer mercadeo no es enfocarse en las ventas y mucho menos enfocarse en la marca. Hacer mercadeo es enfocarse en la creación de relaciones de valor para todos los participantes. TODOS los participantes.
No hay un solo texto que diga que hacer mercadeo es acabar con los recursos naturales o producir a costa de una comunidad. No hay un solo texto que diga que hacer mercadeo es engañar al otro para que compre. No hay un solo texto que diga que mercadeo es pasar por encima de la ética, abusar de la sociedad, traer malestar al mundo.
Todos en cambio hablan de bienestar, de satisfacción, de relaciones, de clientes felices, de personas felices. Es allí, precisamente, donde habita el error de la segunda simplificación, para mí la más profunda.
Segundo error: decir y no actuar
Las empresas logran recitar con frecuencia aquello de “queremos centrarnos en el cliente”, pero nunca actúan de acuerdo con lo que recitan. Se centran en captar valor del cliente, no en darle valor al cliente. Insisto, no es una sutileza, es un enfoque completamente diferente.
Vuelvo con un ejemplo de clase: Todos han escuchado de las famosas 4 P de mercadeo: El precio, la plaza, el producto y la promoción. Al definirlas hablan de “lo que yo vendo, en el lugar en el que lo pongo a la venta, al precio que nos permita ganar a toda la cadena y con aquello que yo anuncio”. ¡Qué esquizofrenia más grave! ¡Qué profundo trastorno de personalidades múltiples! ¡Qué incoherencia!
Supongamos que lo que queremos es conseguir una pareja. Decimos que “queremos centrarnos en ella”, declaramos que “la pareja es lo más importante…” Y luego, queremos que se enamore de lo que nosotros hacemos, al precio que nosotros digamos, en el lugar en el que nosotros digamos y escuchando lo que nosotros decimos. ¿En qué momento se entendió que generar felicidad es hacer que el objeto de nuestro amor haga exactamente lo que yo quiero? En la vida real eso se llama abuso, eso se llama maltrato. Y ambas cosas son delito.
Porque, insisto, no es lo mismo. Si usted quiere enamorar debe preguntar qué necesita y desea su pareja de usted, dónde y cómo lo necesita, cómo puede hacer más fácil que acceda a él y, sobre todo, qué quiere decirle. Y eso también lo dicen todos los libros de mercadeo.
Así que le digo la conclusión: No necesitamos nuevos textos de mercadeo, necesitamos hacer lo que dicen todos los textos viejos. O más bien: No necesitamos una nueva forma de hacer mercadeo, necesitamos hacer mercadeo como todos los que de verdad saben del tema nos vienen diciendo hace años pero nunca hemos querido hacerles caso.
sábado, 24 de febrero de 2018
Una recomendación
Querido gerente de mercadeo, querido consultor: Si por alguna casualidad se encuentra en una presentación sobre macro tendencias recuerde:
1. Por cada tendencia existe siempre una contra tendencia. Si no le dicen la contratendencia no le crea al que está presentando que claramente le falta mirar más.
2. Las tendencias "del mundo" no son necesariamente las tendencias de su país. Las tendencias del estrato 6 no son las del estrato 1. Ni del 2. Ni del 3. ¿Cuál es su mercado meta? No se distraiga por favor.
3. La mayoría de las tendencias no surgen de un día para otro. Las modas sí. Si su negocio está en las cosas de moda entonces corra. Si su carrera es de largo plazo entonces planee. No ceda a la urgencia.
4. Sea crítico. En serio. Ninguna tendencia es perfectamente buena, ninguna tiene sólo la cara positiva. Si no le dicen las implicaciones pregúntelas.
5. No le crea a los documentos con 20 tendencias. Si no logran explicar las tendencias en 5 puntos es que están tratando de dárselas de inteligentes.
6. Recuerde siempre que más importante que el documento de tendencias es el sentido de realidad. De verdad.
lunes, 5 de febrero de 2018
El enfoque "Problema — solución", o por qué las malas noticias aumentan en campaña electoral
Hoy vamos a hablar de una táctica básica de ventas, y una de sus aplicaciones más evidentes y también más efectivas: el marketing político, y en particular, la venta de candidatos.
En la teoría clásica de ventas existen diversas tácticas. Algunas más eficientes que otras, algunas más éticas que otras. Una de las más usadas se denomina la técnica de “problema-solución”.
Conceptualmente es muy simple: en vez de mostrar los beneficios de un producto de manera directa, se muestran primero problemas que el producto solucionará al adquirido.
Uno de los puntos más importantes del marketing es que la promesa de valor (es decir, aquello que ofrecemos a los clientes) sea interpretada adecuadamente. Muchas veces para generar esta correcta valoración se opta por el enfoque de mostrar primero los problemas que la promesa de valor soluciona.
Los ejemplos abundan:
Supongamos por ejemplo que un celular tiene una cámara con gran resolución para escenas nocturnas.
El vendedor, que conoce dicho atributo, en vez de plantearlo directamente dice: “¿alguna vez ha tomado fotos de noche y han quedado feas?¿Se imagina tomar fotos del hijo cumpliendo años y que no le quedé ninguna buena?¿O fotos de un concierto?“ Su idea es simple: hacer evidente en problema.
Luego, plantea la solución:
“Con este celular no le va a pasar nunca porque tiene un sistema de captura de luz que permite la fotografía en condiciones extremas...."
Ahora el atributo y su beneficio resulta interesante para el cliente.
La táctica se repite. Despues de comprar el celular el vendedor dice:
“mire usted que hay mucha inseguridad, que se le puede caer el celular y se le rompe le pantalla, que puede llegar a necesitar mantenimiento... Por todo eso, le ofrezco este super seguro que incluye todo lo que necesita".
De nuevo: problema - solución
Dicha táctica, sumamente básica, es también sumamente eficiente. Tan solo se requiere comprender ejecutar claramente cada uno de los pasos. Así que recapitulemos:
1. Encuentre aquellos asuntos que pueden ser preocupantes para el cliente (problema) y que usted tiene como atributo (solución)
2. Ponga en evidencia dichos asuntos (plantee el problema)
3. Plantee que tiene la promesa de valor que soluciona dicho problema (plantee la solución)
2. Ponga en evidencia dichos asuntos (plantee el problema)
3. Plantee que tiene la promesa de valor que soluciona dicho problema (plantee la solución)
En marketing político se usa dicha táctica de manera sistemática, aunque con una sutil modificación: en vez de plantear un problema cualquiera se plantea un problema que cause miedo.
Dicha modificación ha demostrado ser muy exitosa pues la necesidad de seguridad es una de las más fuertes en el ser humano. Se usó en el Brexit inglés, la usa Trump todos los días, y en el propio patio la usan decenas de políticos. El miedo vende, como bien saben los vendedores de seguros y de armas.
¿Pero cómo funciona esta modificación en el marketing político?
Vamos de nuevo con los pasos:
1. Identificar el temor
2. Maximizarlo
3. Ofrecer soluciones
Podemos ejemplificarlo con lo que se vive hoy en plena campaña electoral colombiana. Veamos:
1. Identificar el temor:
¿Cuál es el miedo más común de los colombianos? Respuesta, volverse Venezuela.
La Venezuela actual representa, para Colombia, una suma de miedos: un presidente populista explotando a la población, un modelo “comunista” (no es así en realidad, pero ilustro el miedo), un país con desplazamientos extremos por pobreza, un país con condiciones de inseguridad alarmantes, etc.
El miedo, sin embargo, no se expresa en la mayoría de los políticos colombianos directamente como Venezuela, sino que se le da un sutil maquillaje:
“Colombia tiene miedo a un país gobernado por la izquierda"
Ya hemos identificado el miedo, vamos al segundo paso.
2. Maximizar ese miedo: ¿Cómo podríamos maximizar ese miedo? (Es decir, ponerlo en evidencia)
Depende del candidato, cada uno de los que ha decidido emplear dicha táctica lo evidencia a su manera.
Veamos tres ejemplos.
- Uno de los candidatos se enfoca en señalar que las Farc encarnan ese miedo, por eso dice reiterativamente que llegarán al poder. Lo plantea como un hecho (diciendo por ejemplo que el voto en blanco les da curules, que compraron 10 departamentos, etc. No importa si es real o no, lo importante es maximizar el miedo)
- Otra estrategia de un par de candidatos, es plantear que un candidato de izquierda va ganando las encuestas. Esa es prueba de que los temores se harán realidad (se le muestra como vencedor, se recuerdan sus “acciones de izquierda“. De nuevo, no importa mentir si eso aumenta el miedo)
- Y aquí viene el caso más interesante: un candidato, reconocido precisamente como de izquierda, vuelve al miedo original (Venezuela) planteando que los últimos 20 años replicamos el modelo económico de mono dependencia al petróleo, con gobiernos que hicieron precisamente lo que llevó a Venezuela a su crisis actual. (De nuevo, no es completamente cierto, pero no importa, sólo importa justificar el miedo)
Tres ejemplos diferentes, misma idea de fondo. Algunos usan la prensa para aumentar su mensaje, otros las redes sociales, etc. Lo que importa es aumentar el miedo.
Vamos con el tercer paso:
3. Ofrezca soluciones: ¿Cuál es la solución para evitar ese miedo?
Obviamente, la solución es.... ¡El candidato que plantea el miedo!
No voy a decir decir los nombres, sino que lo dejo aquí como ejercicio. Sólo considere en cada uno de esos casos quién puede beneficiarse. (Por cierto, en los ejemplos que di hay tres respuestas, una por cada caso. Y sí, la tercera respuesta también es sorprendente)
Haga siempre el mismo ejercicio. En sus compras, piense si el problema que le mencionan es real o inventado. En sus votos piense en el temor vendido y quien resulta el más beneficiado del mismo.
Intente pensar sin miedo, y racionalizar si los problemas mencionados lo atañen directamente a usted o no (nadie dice que no son problemas reales, la pregunta es si son problemas que a usted lo tocan o no).
Así comprará mejor, votará mejor, en tiempo de elecciones dejará de compartir tanto miedo en Internet, y sobretodo, dejarán de ser manipulado por personas con ética cuestionable.
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